Cinco días a posteriori de este diagnosis, Amaia tuvo que ser obligada a salir al mundo. “El médico me dijo que era demasiado pequeña para venir al mundo”; Ana estaba en cuidados intensivos y tanto ella como su hija decano no tenían grandes expectativas de vida.
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En ese momento, la tropiezo se apoderó de ella. “Poco me estaba pasando en el cuerpo y no sabía cuántos días más iba a poder abastecer a Amaia”, recuerda la ahora escritora, pero así como llegó este sentimiento, ella asimismo logró aventajar mucha fuerza y A pesar de los pronósticos, con 826 gramos y 38 centímetros, nació una pupila que cabía en la palma de la mano de su amada causa.
“Escribo mucho y es mi forma de reflexionar”, dijo durante nuestra entrevista la damisela bloguera que ha compartido muchas experiencias a través de Momaholic, su espacio posible. Fue gracias a este tipo de terapia que se dio cuenta de que “estaba enojada con mi propio cuerpo porque mi cuerpo y yo no habíamos podido cumplir con la primera tarea que se nos asignó, que era entrar a la semana 40 de gestación”, dijo. menciones.
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Exceder estos obstáculos emocionales y al mismo tiempo suceder más de 70 días yendo al hospital a ver a su bebé, que estaba en incubadora, y más tarde los abriles de terapias físicas y cognitivas que Amaia requirió para su expansión, claramente no fue hacedero. tarea. para Ana, sin confiscación, menciona que nació en ella una fuerza que nunca había experimentado y que fue gracias a ella que pudo pasar sus peculiares escenarios, “Creo que ahora no pude”, bromea.
Pasaron cuatro abriles, siendo Amaia ya una pupila en plena vitalidad y Ana con más armas y conocimientos para entender, respetar y valorar el proceso por el que pasó, decidieron emprender juntas un nuevo camino.

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Todos los días, a la hora de reposar, la pequeña le pedía a su mamá un exposición, su historia, que la escritora armaba en el Bloc de Notas de su celular, y con el paso del tiempo durante la pandemia, tuvo la oportunidad de retornar a saludar esos escritos y surgió la inquietud de compartirlo con el mundo.
Mi pequeño gran superhéroe es la estampación de esos escritos que Ana quiso editar y este año por fin lo logró a través de un compendio de niño que pretende homenajear a todos los niños prematuros que nacen todos los días, “Sé que no solo voy a ayudar a un bebé prematuro para entender lo fuerte y cachas que es, pero asimismo será un arrechucho para las madres, quiero decirles ‘estoy con ustedes en su resiliencia, lo comprendo y los admiro’”, agrega el autor.
Este fin de semana, Ana llega a la Feria Internacional del Volumen de Guadalajara, una de las vitrinas más importantes para cualquier autor, pero más aún para quien presenta su primera obra. “Quiero que esto llegue a más multitud y un día dije ‘le voy a escribir a la Fil’ a ver si me dan un espacio sabiendo que los consagrados van a esta feria”, pero se armó de valencia, envió un correo electrónico con una breve reseña de su historia y poco a posteriori recibió la conformación de su presentación que sería durante el primer fin de semana de esta estampación.

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Pero este es solo el primer paso, ya que gracias a su comunidad ya tiene muchas solicitudes en diferentes partes del mundo como España y Colombia, pero sabe que no se detendrá en este camino y ya está planeando la traducción de este compendio para seguir honrando la vida. de Amaia, su pequeña gran superheroína